sábado, 20 de febrero de 2010

Cotidianeidad

Salir de casa de lunes a viernes, alrededor de las 19:50 pm y caminar dos cuadras hasta Av. Santa Fe para tomar el subte “D “, es una tarea que hago todos los días. Escalones más escalones bajo para llegar a la estación. Tener la tarjeta monedero hace que ya no tenga contacto con el que vende las tarjetas comunes. El hombre del puesto de diarios mira atentamente su mercadería, agotado de trabajar ve los matutinos del día que le quedaron, libros y viejas revistas de decoración son cada jornada moneda corriente, a pesar que un cartel diga: “oferta tres por $10" ellas siguen en el mismo lugar.
Llega a la estación un trasporte amarillo con un cartel luminoso que dice: “a Catedral". Chiflando fuerte sobre las vías frena suavemente. El tren esta casi vacio, hasta puedo elegir dónde sentarme. Personas con cara de cansancio viajan para regresar a sus casas luego de trabajar, las corbatas ya están aflojadas y las camisas ya no están bien planchadas, otros directamente su cara no demuestra nada. Solo entran y salen del subte hombres y mujeres . Ciegos piden monedas. Niños de alrededor de 6 años hacen malabares con pelotas de plástico a cambio centavos. A veces otro tipo de show esta presente: jóvenes tocan la guitarra, los tambores y la gente cambia la cara, pone una sonrisa y una moneda o un billete en la gorra del artista.
Una voz dice: “estación 9 de julio combinación con línea B y C” baja gente y poca entra. El vagón en algunos días queda casi vacio. Al salir de la ultima estación (catedral) de la linea "D" y ver la calle Florida casi oscura, hace que el panorama sea diferente al de mi barrio.

Camino dos cuadras por la peatonal, entre negocios de ambos lados, veo poca gente caminando, se disfruta de espectáculos en la calle, que se entre mezclan con el ruido de la cuidad que esta oscureciendo y vendedores ambulantes con juguetes, ropa, pañuelos, carteras, bolsos, mates tradiocionales que dicen recuerdo de Argentina, sobre la vereda, muestra una ciudad que nunca descanza. Las sensaciones están a flor de piel, estoy por llegar a mi trabajo.
Llegar a la puerta del edificio de la radio y recibir un buen saludo del hombre de vigilancia, subir 7 pisos por ascendor y ver a mis compañeros de trabajo hacen que me sienta feliz y diga mentalmente: "me gusta trabajar con ustedes".
El mate se prepara, para luego empezar a coordinar el programa con mis colegas. Las agendas de cada uno están en las computadoras de la radio. Lentamente miles y miles de teléfonos directos y otros de agentes de prensa se abren para empezar a llamar a los entrevistados de la noche.
Teléfono negro, dedos veloces marcan el código para luego marcar el número de un diputado, legislador etc. Nuestra cordialidad para conseguir la entrevista se hace presente. Empieza el fervor de todos para armar el programa. Aún no se si salgo con el móvil o me quedo haciendo la producción.

Luego de un tiempo, cerca de las 2120hs el timbre del ascensor suena y luego el de la puerta de la radio. A mis espaldas, pasos lentos se escuchan y una voz suave nos saluda uno por uno, Marina llega a la radio, con su paz y su mirada serena me dice: "qué haces negro, ¿todo bien?" Ella agarra el teléfono y hace un par de llamados. Sucede lo mismo después de unos minutos, timbre del ascensor, timbre de la puerta. A paso lento, unos tacos suenan en el piso flotante. Una voz cansada de tanto andar nos saluda a todos uno por uno. Recuerdo un saludo que nunca me voy a olvidar y al escucharlo todos sonreimos y ella también, “Hola mis pimpollos, hola mis amores, mis flores de primavera, ¿qué tenemos para hoy?” Cynthia llega a la radio y nosotros le decimos los entrevistados de la noche.
Llegan los columnistas, saludan atentamente a todos y charlan con las conductoras. El top marca las 22hs y las crónicas se ponen en la mesa de lunes a viernes hasta las 24hs por Concepto AM 1050.

Marina Chiaramonte y Cynthia Garcia

Dedicada a mis compañeros de trabajo de "Crónicas en la Mesa": Marina Chiaramonte, Cynthia Garcia, Celeste del Bianco, Mariano Manuele y Mariano Mansilla. Sin olvidar a cada operador que van rotando cada noche. A todos ustedes muchas gracias por cada noche...

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